Como todo ser, que quiere vivir en armonía con su entorno, tuve que aprender ciertos modales. Así que me apuntaron a una escuela canina. En esta escuela me enseñaron a acudir cuando se me llamaba, a estar acostado si me lo ordenaban, a caminar al lado de mis dueños. En fin a hacer todo lo que debe hacer un perro educado.
En la escuela había muchos perros como yo (bueno, de otras razas) que también debían aprender modales. Así que entre clase y clase tuve oportunidad de hacer amigos.Después de un invierno duro, de entrenamientos con lluvia y frío apareció el buen tiempo y no faltó la ocasión para hacer una excursión canina por los alrededores de la escuela. Excursión en Montegato (Oza de los Rios).


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